José Antonio Molina Mora

José Antonio Molina Mora
Coach para Emprendedores, Experto en Creatividad para el desarrollo humano.

miércoles, 13 de febrero de 2013

La procrastinación: un juego que nunca comienza, una actividad que nunca termina.



 


Según Wikipedia la procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición, es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.

La postergación nos lleva a refugiarnos en otras actividades diferentes a las de nuestro objetivo principal. Esta costumbre de posponer puede generar dependencia de elementos externos, tales como mirar cada poco tiempo los email, las redes sociales, leer un libro, salir a tomar un café, comer impulsivamente o simplemente dejarse llevar en exceso por la rutina laboral. 

Podemos encontrar dos tipos de procrastinadores:

·        Los que lo hacen de manera eventual, cuya actitud o comportamiento no se repite habitualmente.

·        Los que lo hacen constantemente, cuya conducta evasiva es  habitual y mantenida en el tiempo, que podríamos denominar crónicos. ¿Dónde te encuentras tú?
Un ejemplo de procrastinación lo hacemos de manera común cuando estudiamos. Cada semestre compramos libretas nuevas, llegamos a clase con mucha emoción, y luego con los días vamos postergando tanto las tareas semanales como las mensuales. El día antes de entregar el proyecto sólo dormimos dos horas y logramos entregar un trabajo que no es de la mejor calidad, pero que permite que cumplamos con el cometido.  
Al salir de la universidad y en el campo profesional ha llegado la hora de entregar proyectos o informes, pero comenzamos por hacer actividades diarias o tareas superfluas que nos alejan, como antes dijimos, de nuestro cometido, y repetimos patrones de conducta que hemos venido fomentando en la universidad.
Por ejemplo, mañana debo entregar un informe. Me levanto, preparo un café, organizo la mesa donde voy a trabajar, decido llevar al perro a pasear, luego regreso y me pongo a revisar los email. Recuerdo que había quedado en tomarme un café con mi amiga María, la llamo, charlamos un buen rato y luego voy a trabajar. Al llegar a casa  me cambio rápidamente y salgo corriendo al gimnasio, donde me siento culpable porque no he terminado con el informe que debo entregar el viernes, y ya hoy es miércoles.  
Me voy del gimnasio sin haber disfrutado de la actividad física, en mi pensamiento sólo está el informe. Me invade la ansiedad, llego a casa, como todo lo que consigo en el frigo, miro otra vez el correo, llamo a mi primo que está de cumpleaños, voy otra vez al frigo y me doy cuenta de que necesito cosas para la comida que he organizado para el sábado. Me voy al super, debo dejar eso listo. Al llegar del super decido que me levantaré muy temprano y terminaré el informe, tan importante y vital para mi trabajo. Esta cadena se repite muchas veces en la vida diaria de mucho de nosotros, ya sea en cuestiones relacionadas con el trabajo, con la familia, con la salud o los amigos.
Trabajar en hostelería me ha dejado una buena lección y dinámica de trabajo, sé que todo hay que hacerlo en el momento, no se puede dejar nada para después. Para cada servicio, tanto la cocina como la sala deben estar en perfecto orden y preparada para la siguiente hora. Hay que hacerlo y ya.  Si queremos que el negocio funcione, no hay lugar para la procrastinación."
Pero no todo está perdido, podemos combatir la procrastinación con algunas estrategias, identificando primero las causas:
1.     Origen: si no me gusta esta tarea, trabajo o deber. Siempre puede que lo dejes de lado el mayor tiempo posible.
Estrategia: estudia la posibilidad de automatizarla, delegarla o intercambiarla con alguien. Si no es posible, modificar la manera tradicional de hacerla te puede ayudar.
2.     Origen: porque no se cómo resolverlo.
Estrategia: siempre podremos pedir ayuda, un consejo, informarnos o formarnos para determinadas tareas.
3.     Origen: me falta tiempo, el día es muy corto, necesito días de 32 horas.
Estrategia: debemos mantener ordenado el área donde trabajamos, planificar el tiempo, llevar una agenda, establecer horas concretas al día donde realizarás la actividad y cumple con el objetivo. Prioriza: distingue lo urgente de lo importante.
4.     Origen: tal vez no quiero hacer lo que me he propuesto, lo decidí por impulso o por agradar a alguien.
Estrategia: revisa tu objetivo. Partiendo de tu situación actual, si no es prioritario para ti o para tu meta, déjalo definitivamente.
5.     Origen: estoy bloqueado, necesito algo que me motive o me lleve a la acción.
Estrategia: a nuestro cerebro le cuesta ponerse en marcha cuando la magnitud nos abruma, es recomendable convertirlo en pequeñas tareas, dividirla en pequeñas actividades. Recuerden: lo importante no es la meta, es disfrutar de cada cosa que hacemos.
6.     Origen: cuando quiero hacer algo necesito tiempo para reflexionar, para pensármelo.
    Estrategia: cuando haces esta postergación creativa, estás contribuyendo con tu cerebro para buscar alternativas, hacerlo lo mejor posible. Aquí estamos invirtiendo el tiempo para la reflexión. Cuando estés preparado todo saldrá de maravilla, pero recuerda: el tiempo es más que oro, y el tiempo perdido los santos lo lloran.

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